¿Estás a punto de empezar un partido y sientes dolor en la rodilla izquierda al doblarla? ¿Te pones a correr y notas molestias? Muchas veces, atribuimos este tipo de dolores a la edad o a que no hacemos tanto deporte como deberíamos. Sin embargo, a veces pasamos por alto que, según las disciplinas que practiquemos, ciertas articulaciones o músculos sufrirán más.
Uno de los deportes más practicados en nuestro país es el fútbol, tanto a nivel amateur como profesional y, por sus características, también es uno de los más exigentes para nuestro cuerpo.
En esos 90 minutos en el terreno de juego, practicamos carrera continua, saltos, choques, carreras explosivas, cambios bruscos de dirección y otros movimientos que se ven afectados por el terreno. Cuando este presenta alguna irregularidad, corremos el riesgo de que, al pisar sobre él, cambie la forma en la que distribuimos el peso de nuestro cuerpo.
¿Cuáles son las lesiones más comunes cuando practicamos fútbol?
- Esguinces de tobillo y rodilla. Precisamente por la velocidad y variedad de movimientos que tiene el fútbol, estas articulaciones son las que más sufren. Cuando jugamos al balompié, podemos correr 30 o 40 metros a nuestra máxima velocidad, detenernos en seco y cambiar de sentido en segundos. Un esguince es una lesión de los ligamentos que componen la articulación causada por un estiramiento por encima de su límite de elasticidad. De igual manera, puede producirse por un golpe o una sobrecarga.
- Roturas de menisco. Los meniscos son dos almohadillas de consistencia gomosa, formadas por una sustancia llamada fibrocartílago, que se sitúan entre el cartílago del hueso del fémur y el de la tibia. Tenemos dos en cada rodilla: el menisco externo y el interno o medial. Sirven para amortiguar el choque de los huesos, disminuir las cargas y estabilizar de manera más eficaz la rodilla. Esta lesión suele producirse por un giro violento, sobre todo cuando el cuerpo se mueve mientras que la pierna está rígida.
- Lesiones musculares. Entre las más comunes se encuentran las de gemelo, isquio y aductor, así como las tendinitis, bien en los tendones de Aquiles o en el aductor, ambas causadas por los cambios de ritmo y dirección del movimiento de manera brusca.
¿Qué se puede hacer para evitar estas lesiones?
Cuando practicamos cualquier deporte es importante saber qué zonas de nuestro cuerpo sufrirán más para así aplicar rutinas de prevención. Por ejemplo, es muy recomendable que hagamos estiramientos y ejercicios específicos que nos preparen para la actividad.
¿Cómo paliar el dolor sin medicamentos?
Si ya es demasiado tarde para prevenir y tenemos una lesión, AvanFarma, división de Farmacia de Acuña y Fombona, una de las empresas líderes en el sector de la distribución médico-quirúrgica en España y Portugal, nos acerca soluciones para nuestra dolencia.
Se trata de ActiPatch®, un microdispositivo terapéutico de uso personal que utiliza la energía de los campos electromagnéticos para actuar en el foco del dolor. El flujo sanguíneo y el oxígeno en la zona dañada aumentan y, por tanto, se acelera el proceso de recuperación.
Asimismo, no contiene fármacos, por lo que es totalmente inocuo para la salud, es decir, su uso no entraña ningún riesgo. Además, es compatible con el consumo de recetados por su médico.
Otra de las ventajas del dispositivo es su reducido tamaño, que lo hace discreto, cómodo y fácil de utilizar. Para activarlo, solo tenemos que colocarlo sobre la zona afectada y activar el botón de encendido.
ActiPatch® se puede encontrar en tres presentaciones diferentes (dolor de rodilla, dolor lumbar y dolor de músculos y articulaciones) para que los usuarios utilicen el dispositivo y método de sujeción (rodillera, faja o cintas adhesivas) que mejor se ajuste a la zona donde se localiza el dolor.
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