La vitamina D siempre ha estado relacionada con la salud ósea. De hecho, la falta de esta vitamina o unos niveles bajos de la misma pueden provocar que los huesos se debiliten, por lo que no es extraño que quienes tengan una deficiencia de vitamina D sufran dolor en los huesos del cuerpo.
Según un estudio financiado hace años por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos, la falta de esta vitamina es un factor de riesgo para el aumento de la osteoartritis de rodilla. La osteoartritis se produce cuando la amortiguación natural entre las articulaciones del cuerpo se desgasta y, como consecuencia de ese desgaste, los huesos acaban rozando.
¿Qué nos aporta la vitamina D?
La función principal de esta vitamina es la de regular el paso de calcio hacia los huesos. Por lo que si ese proceso no se lleva acabo de manera óptima, podemos acabar sufriendo una debilitación de los huesos o dolores en los mismos.
No solo regula los niveles de calcio, también controla los niveles de fósforo y cumple una gran labor en múltiples funciones del organismo. Varias investigaciones han puesto de manifiesto la importancia de su consumo para prevenir enfermedades autoinmunes, cardiovasculares o degenerativas.
¿Cómo se trata la deficiencia de vitamina D?
Es cierto que podemos adquirirla a través de algunos alimentos como los pescados grasos (salmón, atún, caballa), el queso, la yema de huevo… o algunos suplementos de vitamina D. Sin embargo, la forma más eficaz y sencilla de obtenerla es a través de la exposición a los rayos solares.
Para prevenir la carencia de esta vitamina en nuestro organismo, se recomienda estar al sol una media de 10 minutos al día en meses como abril o julio. En octubre, en cambio, sería necesario tomarlo alrededor de media hora, y en los meses de invierno, como enero, se necesitarían cerca de 130 minutos al sol para que la piel genere la dosis recomendada. Datos que fueron corroborados ya por el Grupo de Investigación en Radiación Solar de la Universidad Politécnica de Valencia. El objetivo de su estudio era averiguar el tiempo de exposición al sol necesario para dotar al cuerpo de la cantidad diaria de vitamina D necesaria sin que se produjesen daños en la piel.
Un simple análisis de sangre nos ayudará a detectar si nuestros niveles de vitamina D se encuentran bien o están un poco bajos, pero según el especialista en Endocrinología y Nutrición del Hospital Vithas Nuestra Señora de América de Madrid, el doctor Ignacio Secades, más del 50% de la población tiene carencias de esta vitamina, incluidos los niños. Aunque son las mujeres con menopausia o los ancianos las personas que tienen un mayor riesgo de sufrir ese déficit de vitamina D. Para ayudarles con los dolores de huesos y articulaciones, desde AvanFarma, recomendamos el uso de ActiPatch®, un innovador microdispositivo electrónico basado en tecnología de radiofrecuencia que, como ya hemos explicado en anteriores artículos, restaura las células dañadas, aliviando las molestias y la inflamación de las articulaciones.
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