¿Tú también has notado los efectos de la astenia primaveral en tu cuerpo? Según el especialista en Medicina Interna de la Clínica Universitaria de Navarra, el Dr. Nicolás García, la astenia o cansancio primaveral afecta sobre todo a gente de entre 20 y 50 años, pero también puede producirse en adolescentes, ya que en estos momentos se encuentran con mayor estrés a causa de los exámenes.
Esa sensación de agotamiento y de dolor generalizado en el cuerpo irá desapareciendo con el tiempo, a medida que el organismo se vaya adaptando a los nuevos cambios: subida de temperaturas y aumento de luz diurna.
Una de las consecuencias del cambio de temperatura es la dilatación de los vasos sanguíneos, que viene acompañada también de un ligero descenso de la tensión arterial, lo que justificaría esa sensación de fatiga muscular en todo el cuerpo.
Además, el aumento de las horas de sol influye directamente en la secreción de melatonina, la hormona que regula los ciclos del sueño. A eso hay que sumar el cambio horario, que nos ha llevado a adelantar los relojes una hora, motivo por el que estos días hemos dormido menos tiempo y nos hemos levantado más cansados.
Dormir mal no solo se traduce en cansancio, sino que puede provocar también dolores en los músculos y articulaciones que, a su vez, hacen más difícil conciliar el sueño. Con esto no queremos decir que sea el insomnio el que ocasione por sí mismo el dolor, sino que cuando uno duerme mal puede volverse más sensible a las molestias.
Ya lo explicó en su día el doctor Fernando Torre Mollinedo, jefe de servicio de la Unidad del Dolor del Hospital Quirónsalud de Vizcaya y miembro de la Sociedad Española del Dolor (SED): “durante la noche tenemos menos estímulos externos que nos distraigan del dolor y más tiempo para pensar en él”.
Mientras que por el día estamos en movimiento y hacemos un sinfín de actividades, por la noche nuestro cuerpo permanece más tiempo quieto, los músculos y articulaciones se enfrían y el dolor es más acusado.
Otro aspecto que no debemos pasar por alto es que, con la llegada de la primavera y las buenas temperaturas, las personas empiezan a hacer más deporte del que están acostumbradas. Al realizar más ejercicio de manera repentina sin que el organismo esté habituado a ello, las probabilidades de sufrir lesiones o dolor articular aumentan.
Astenia primaveral y dolor generalizado en el cuerpo
La buena noticia es que los síntomas de la astenia primaveral, como el insomnio, no suelen durar mucho tiempo. En el caso de que estos no remitan, lo más aconsejable es acudir al médico para que evalúe la situación.
Para que el cambio de una estación a otra no nos afecte tanto, existen algunos consejos que podemos tener en cuenta como practicar ejercicio, pero hacerlo de manera controlada (con media hora al día será suficiente para poner en marcha y tonificar el cuerpo) o salir a pasear con la luz del sol para recargar nuestro cuerpo de vitamina D, fundamental para la mineralización de nuestro esqueleto.
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